domingo, 1 de agosto de 2010

Lecciones de la política en el altiplano

Las elecciones municipales y regionales a desarrollarse el próximo 3 de abril, dejaran triunfos para unos y sinsabores para otros…
Como primera conclusión se puede adelantar que los más derrotados en una eventual contienda electoral serán los alcaldes que manejaron medias verdades y hoy suplican apoyo electoral. El mercado electoral puneño no se inclinará a una reelección ni al apoyo de candidatos promovidos por alcaldes que querrán enmendar su oscura gestión municipal durante los últimos años.
Una mirada a la provincia de Azángaro y sus distritos, nos muestra un horizonte claro que solo habrían dos o tres alcaldes que se ocuparon por el desarrollo de sus pueblos y en la actualidad gozan de un porcentaje de aprobación que puede generarles otra oportunidad para estar al frente de otra gestión municipal.
Y si de reelección se trata, surge una respuesta devastadora que puede incomodar a más de un soñador. La reelección, es sinónimo de corrupción y de hecho que esta postura incomoda a más de un mercachifle y sus díscolas; en suma el pueblo sabe premiar, pero también castigar en las urnas a los traidores de la democracia que sorprendieron en una anterior y no podrán en esta oportunidad.
Las acciones punitivas y su pauperizada gestión de los reelectoreros serán las que establezcan las próximas reglas de juego en su vida política, con ello no anuncio cárcel para nadie; pero, si hablamos en términos de preferencia, la provincia de Azángaro está constituida por un electorado bien definido, por lo que se descarta un opsider o un portento milagro a favor de un candidato. Azángaro, meses antes advierte su nepotismo electoral. Esto será así, tenlo por seguro.

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