domingo, 1 de agosto de 2010

La voz del Puma en los Andes

Si la historia de un pueblo es la semblanza de sus grandes hombres, entonces el “Puma Indomable”; merece la exaltación y formar parte de la constelación de los indígenas inmortales que reserva la historia del Perú. En suma; la grandeza de un pueblo se mide por su pasado histórico, por su dignidad empeñada y su contribución a las causas de la libertad y justicia; en este orden, Azángaro eleva su nombre a las cumbres de la América y extiende su mato rebelde a las llanuras del mundo, Junto a su tradición histórica y sus leyendas románticas.
El reencuentro con la trayectoria casi intachable de Pedro Vilcapaza, Azángaro rebosa la figura señera y la trayectoria meteórica de la centella revolucionaria, si la historia nos permite, es preciso retroceder 228 años y ubicarnos precisamente en los años que ardía las llamaradas de la revolución en Azángaro, cuando la fuerza titánica del ciclón rojo de la libertad estaba dirigido por Pedro Vilcapaza (Puma Indomable), las innumerables batallas donde se impuso la beligerancia de los azangarinos, nos muestra los nervios de acero con las que están constituidos la raza vilcapacina.
En 1780 al norte del departamento de Puno, se levanta un poderío telúrico que asoló todo el altiplano, tras los ideales de Vilcapaza bullían un ejercito hormigueante de más de 30 mil indígenas ebrios de venganza por cuyas venas corría la roja y cálida sangre, sin embargo; las huestes vilcapacinas inflamados de santo odio defendieron de palmo a palmo su sagrada causa que confirmó la resistencia americana en pro de la libertad.
Desde Azángaro se propagó la ardiente hoguera hasta los confines de la patria, para conservar celosamente el compromiso conseguido en torno al legendario Vilcapaza que nos revive los momentos álgidos y las hazañas heroicas de las apocalípticas batallas que nos legó “Patria y Libertad”.
De todas las victorias de la revolución, en gran medida le corresponde a Vilcapaza, un tipo de envergadura y viveza que desató una tempestad política en los andes. Estos acontecimientos que nos preceden, nos conduce de forme peyorativa lanzar nuestro edicto de guerra ante la chatura y mujeril gestión que aplica el imperio de los gobiernos locales en Azangaro. ¡Es hora de Cambiar!

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