Oferta de las elecciones

Las elecciones municipales en el Perú han dejado de ser una fiesta democrática en la que los ciudadanos elegían al mejor candidato para desempeñar la gerencia de la ciudad que busca el desarrollo integral de su población y con el paso del tiempo se ha ido haciendo casi imposible conseguir un alcalde que esté a la altura de las expectativas, que conozca sobre Gestión Municipal y que se dedique a tiempo completo a la responsabilidad que le ha otorgado el pueblo.Las calles y los espacios sociales se han convertido en un mercado de pulgas donde se ofertan a sí mismo los candidatos de poca fortuna electoral, como tratando de convencer que ellos son mejores y únicos; quienes se han buscado el mejor padrino, quien tiene los más generosos auspiciadores, quien ha captado mejor la idiosincrasia de los ciudadanos, es decir de qué pie cojean o cuáles son sus debilidades y, por supuesto, el que más y mejor miente, ése será el que se levante los votos y la "confianza" del respetable, no importa si en el camino ha hipotecado hasta su dignidad, si es que la tuviera todavía.Finalmente, necesitamos alcaldes que sepan que han sido elegidos para servir y engrandecer el pueblo y no para engrandecer el patrimonio personal y servirse de los vecinos en beneficio propio. Ejemplos pasados y recientes tenemos en cantidad, falta que el ciudadano, libre y conscientemente decida bien. Otro error podría significar perder la última oportunidad de alcanzar el desarrollo de nuestras comunidades.